Verás, puede que la gente diga que la Alemania nazi se construyó sobre la base del antisemitismo, pero todo se habría quedado en nada si los alemanes no hubieran adorado una actividad en particular: la quema. A los alemanes les encantaba quemar cosas: tiendas, sinagogas, Reichstags, casas, objetos personales, gente caída en desgracia y, por descontado, libros.

martes

El cumpleaños de Hitler, 1940

Molching, como el resto de Alemania, se
había volcado en la preparación del cumpleaños
de Hitler. Ese año en cuestión, gracias al
desarrollo de la guerra y a la ventajosa posición
de Hitler, los partidarios nazis de Molching
querían que la celebración fuera especialmente
significativa. Habría un desfile. Una marcha.
Música. Canciones. Habría una hoguera.

Mientras todos estaban festejando el cumpleaños de Hitler, Liesel recogia y entragaba la ropa que su mamá lavaba y planchaba.
Hans,como siempre, chismoseaba por la ventana, y le contaba todo lo que veía a Rosa.




~BREVE HISTORIA DEL ENFRENTAMIENTO DE HANS HUBERMANN CON SU HIJO~

El joven era nazi, su padre no. En opinión de Hans hijo,
su
padre pertenecía a una Alemania vieja y decrépita, la
Alemania
que permitía que los demás se aprovecharan de ella
mientras
su propia gente sufría. Por ser joven, estaba al tanto de
que
llamaban a su padre Der Juden Maler —el pintor judío
porque pintaba en casas judías. Después tuvo lugar un
incidente que en breve pasaré a relatarte: el día que,
justo a
punto de unirse al partido, Hans lo echó todo a perder.
Era
sabido que no debían cubrirse con pintura los
comentarios
antisemitas escritos en las tiendas judías. Ese
comportamiento
no era bueno ni para Alemania ni para el transgresor.

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